Aunque el Lindy Hop es un baile tremendamente libre en el que se brinca y se da vueltas sin parar, lo cierto es que cuando se baila en pareja requiere cierta estabilidad en su estructura, y para ello necesita que haya un líder y un seguidor que tengan claro su papel.
Esto es así porque el Lindy hop es uno de los bailes de swing más complejos en su técnica, y por tanto necesita que alguien guíe los movimientos y que otro siga lo que marca el primero. El líder tiene la tarea de sentir la música y guiar al seguidor para que así éste pueda emplear la improvisación y la creatividad para redondear el baile.
Para conseguir un grado de madurez en el Lindy Hop por parejas se necesita tiempo, pero cuando se alcanza esa conexión perfecta entre el líder y el seguidor, los movimientos fluyen por sí solos.
El Lindy Hop es un baile complejo, pero una vez que lo aprendamos nos sentiremos maravillosamente libres. Las claves son trabajar los pasos con calma y buen ánimo, sentir la música, y dejar que los pies se muevan ágiles y sin ataduras, listos para echar a volar.